Álvaro Peña Suárez/La Paz
No es sorpresa de nadie que los vehículos en Bolivia subieron de manera considerable. La crisis económica en Bolivia afecta a todos los sectores, uno de ellos el automotriz.
Si un vehículo del segmento «A» costaba hace dos años entre 10.000 a 20.000 dólares, hoy los más económicos parten en 25.000 dólares. Uno de los factores más importantes que explican este hecho son las comisiones bancarias.

Una marca que desea pagar a fábrica con dólares, el banco le cobra una comisión por encima del 140%. En este sentido, para conseguir dólares prácticamente el costo sería más alto incluso que el mercado paralelo.
Por regulaciones nacionales, las concesionarias deben realizar el cambio al tipo oficial, es decir, 6,96. Por este factor, el precio final al cliente debe ser elevado.
Esto explica el motivo por el que las marcas hacen énfasis en que sus precios son al cambio oficial. Sin embargo, algunas marcas ya están ofreciendo una alternativa. La persona puede traer sus dólares y el vehículo puede salirle la mitad del costo o incluso menos.
Por ejemplo, una concesionaria ofrecía una vagoneta a 43.000 dólares si la persona pagaba en bolivianos al cambio oficial. No obstante, si este cliente lo hacía en dólares, el modelo le salía 19.000 dólares.
Un ejercicio muy sencillo (casero por cierto) para saber el costo real en dólares es el siguiente: el vehículo se ofrece a ej. 43.000 dólares y se multiplica por 6.96. El resultado es 29.280 bolivianos y si esto lo dividimos al cambio paralelo, ej. a 15, el costo real en dólares sería 19.952 USD.
Esto es solo una muestra de cómo la regulación del dólar supone una alza exponencial del paralelo.